A LOS ATLETAS
Al poeta de hierro,
del martillo, del
aro y la palanca.
Al que con fuerza
sublima la esperanza
de un mundo chato y
negro.
Canto al asceta
Al cometa
hecho luz como
disco o jabalina.
Canto a quienes al
fin todo lo alcanzan:
acero y nardo,
quizás ajenjo.
Canto al arquero.
Al de las piernas
rápidas.
Al que transpira
sudores que definen
fuerzas.
Canto a lo que
sin amarillo pago
se pagan con su
hazaña.
Canto al fiero.
A las columnas
vertebrales.
Bronces hechos
minutos a minutos
por conseguir la
palma
airosa del triunfo.
Canto a los reyes
y canto a los
mendigos de la esfera
-forma suprema
de todo lo creado-
A las sirenas
y a los delfines
canto.
Hendidos y
concretos,
en doradas arenas
y en espumas de
plata
sexos bellos,
mojados.
Canto al moderno
auriga de la llanta
y al centauro
doblado
sobre los tubulares.
Muelle, alfiler de
ropa
-entre aluminio y
hueso-.
Canto a los rodios
que levantan,
colosos
del músculo y el
brío,
las pesas del
esfuerzo
sobre las piernas y
brazos
Isaac Mateos Ángel
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